Últimamente estamos acostumbrados a ver algo anormal en el Santiago Bernabéu, que se sale de todo quicio y responsabilidad. Cosas que manchan el nombre de este gran equipo y que son visibles escusas para aquellos que no quieren someterse a la franca realidad de la historia. Los que no reconocen la superioridad y el profesionalismo de este Madrid, mofándose con más insistencia cuando hay alguna imagen reciente, como la imagen de la agresión de Pepe.
Todo el madridismo condena cosas similares, algo que daña no solo al ejecutor de la acción y al propio Real Madrid, sino a cualquier aficionado o forofo de este club.
Somos los primeros en castigarlo, los aficionados, y los que también no comprenden como puede llegar un jugador, llámese como quiera, a tirar todo el trabajo por la borda, en el momento más crucial y delicado de la temporada.
El manual de trabajo del Real Madrid tiene que ser un manual claro y amplio, con las siguientes premisas : trabajo, profesionalismo y respeto.
Para estar en el Madrid hay que saber ser y comportarse, además de vestirse elegante desde la cabeza a los pies. Si no se aguanta y se entiende esta presión, es que no conoce los valores de este club, y lo mejor será marcharse.
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