Cuando el Madrid se encuentra inmerso en desgracias terrenales fuera del alcance humano, todos los seres que se alegran y se muestran felices con estos percances, desean cosas absurdas de concretarse en la realidad. Son felices, por ejemplo, esperando que el Olympique de Marsella meta más de tres goles a este Real Madrid, quedándose apeado de la Champions. Pero todo se queda en sueños, ya que ha imperado la lógica, con lo que el Madrid sigue adelante directamente hacia su Final preferida.
Con un genial Cristiano Ronaldo, con dos goles de súper crack. Hasta Diawara se quedo embrujado por su juego y sus amenazas de entrarle en falta otra vez, si pudiera, no llegaron a cuajar. Porque si el Marsella hizo algo fue pegar, aunque el Madrid también tiene buenos tanques que saben repeler al enemigo y dejarlo K.O. Hasta su entrenador, el señor Deschamps, acusa al árbitro de no haber expulsado algún jugador del Real. Parece que no estaba presente en el césped de Marsella.
Pero lo más importante es el camino que se sigue abriendo a este potente Real Madrid. Quedan algunas fisuras sueltas, pero por lo menos hay guerreros y buenos futboleros. Porque nosotros lo que queremos esta claro: llegar a la final del Bernabéu y ganarla, para sumar otra más a nuestras vitrinas (es lo que nos otorga por naturaleza este privilegio); mientras que otros se pongan contentos ganando Balones de Oro, nosotros coleccionamos Champions.
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